Muchos niños y adolescentes son etiquetados con trastornos mentales que están basados solamente en una lista de conductas. No hay TAC cerebrales, rayos X, pruebas genéticas o análisis de sangre que puedan demostrar que estos muchachos están mentalmente enfermos. Aún así, a estos niños y jóvenes se les estigmatiza de por vida con trastornos psiquiátricos y se les administran psicofármacos durante muchos años. La industria de los psicofármacos da pingües beneficios.
Me parece una costumbre sana la de los educador@s, profesor@s y padres/madres que consiguen despegar esas etiquetas que determinan la vida futura de los chavales. ¿por qué será tan difícil tratarles sin etiquetarles?...
Javier me ha gustado esta entrada. Completamente de acuerdo con la intención perversa de la industria farmaceútica. En yosoyeduso.blogspot.com tengo una entrada sobre 10 verdades de los psicofármacos y otra sobre el DSM, quizá te interese. Un saludo. Pedro.
ResponderEliminarBuenas tardes,
ResponderEliminarMuy interesante el vídeo. Considero que la cuestión de las etiquetas es un tema vital en el trabajo clínico y educativo (especialmente). Etiquetar es una cuestión ideológica, una manera de pensar en donde el SUJETO queda reducido a OBJETO. Además, etiquetar implica borrar la subjetividad y las diferencias y homogeneizar. Considero que muchas problemáticas de determinados individuos son reacciones a las "etiquetas" impuestas (conscientes e inconscientes) y no a lo que "en esencia" son. Las etiquetas son una especie de "disfraz" y esto genera quedar atrapado en la "imagen", en el registro imaginario (según la teoría lacaniana).
Mi blog es: www.misexperienciascomopsicologo.blogspot.com
Saludos,
Víctor Hernández